OVERTHINKING: un tipo de cáncer no diagnosticado
Usualmente le damos muchísimas vueltas al “asunto” porque no vemos ninguna solución en el estribor del mismo, sin embargo, esta empedernida cruzada que escogimos emprender para encontrar una conclusión, no es más que el resultado de ser una generación ansiosa por tener resultados antes del problema; añadido a esto, preferimos zambullirnos en un mar de ansiedad, antes que considerar por un momento esa maravillosa opción que usualmente solíamos ver en el examen de matemáticas, la cual decía: “ este problema no tiene solución”; la cual no solamente es válida para los problemas numéricos, sino también para canalizar de forma apropiada la situación que nos agobia.
En cierta forma hemos convertido el overthinking en una especie de serie de netflix personalizada, la cual capitulo a capitulo (pensamiento tras pensamiento), nos va mostrando las posibles teorías de un futuro absolutamente incierto y desconocido; lo cual, en vez de acercarnos a un desenlace fabuloso y contundente, nos acerca a convertirnos en una de esas series sobre médicos que están repletas de dramas sin resolver y tienen la menos unas 20 temporadas.
Tengamos en cuenta que, si bien es cierto que las cosas que están sin solucionar nos añaden otro shot doble de stress a la vida, también es una realidad que el sobre pensar el asunto en cuestión se ha convertido en uno de los placeres culposos de este siglo; casi sin notarlo, dedicamos innumerables horas semanales a quedarnos ensimismados mirando el infinito mientras una y otra vez realizamos un complejo análisis de todo lo que está saliendo mal y cómo va a salir peor en el futuro cercano
Debemos comenzar a asimilar que el overthinking tiene la capacidad de consumirnos más rápido que cualquier alucinógeno; casi por inercia, hoy en día estamos tan metidos en aquello de “darle vueltas al asunto” que casi sin percatarnos estamos llegado a un punto en el que nos encontramos en una adicción tan sutil como la que tenemos al azúcar, y tan mortal como cualquier tipo de cáncer.
Un simple ejemplo de cómo te va desgastando el overthinking es que este habito muchas veces (sin notarlo) te lleva a caer en la inacción, o lo que es conocido en el ámbito profesional como “parálisis por análisis”, que no es más que el hecho de no actuar porque constantemente te quedas en la fase de planeación. Otra de las formas en las que esta práctica de pensar tanto sobre un tema logra consumirte es que, a mayor tiempo pases rondado tus pensamientos sobre ese tema, mayor es la cantidad de miedo y ansiedad que se va a cumulando en tu sistema, y esto, solo lleva a una especie de micro autodestrucción que nos convierte en personas amnésicas hacia las cosas positivas que tenemos en nuestra vida actual.
Según mi teoría, existe una posible solución para este habito, que, aunque no es definitiva, es un progreso hacia la cura. El primer método para elaborar un remedio es el darte cuenta de cuando estas sobre pensando un tema, toma un momento para percatarte de que tan seguido y cuantos minutos al día (o a la semana) estas dedicándote a pensar en todo lo referente a lo que te agobia, una vez que te pillas pensando, inmediatamente buscas una alternativa que te haga llevar tu mente hacia otro enfoque; el segundo “aliviante” para este padecimiento es la resiliencia, para esto nuestro mejor amigo Google tiene infinidad e páginas que hablan sobre el tema así como diferentes actividades que puedes realizar para comenzar a practicarla
Pero más allá que encontrar una cura, sin duda alguna este cáncer se mata de la misma forma en la que estamos combatiendo el COVID 19, con prevención, hay muchas cosas que no puedes controlar (aunque quieras) y muchas otras se solucionan por si solas sin importar cuanto esfuerzo coloquemos por resolverlas, aprende de esta pandemia que la paciencia es algo que es necesario en nuestro ADN para disfrutar de este viaje llamado VIDA, así que, no pongas todos tus pensamientos en una sola canasta y distribúyelos de forma inteligente y que te permita sentirte en paz contigo mismo