Tienes más de 30? Entonces tienes que educarte!

Y no solamente en el sexo

Si ya pasaste los 30, es hora de ampliar tu educación. Pero no me refiero a gastar una fortuna en un MBA que complementará tu carrera profesional, ni tampoco en cursos de Python que te permitan codificar algo, solo para que luego termines preguntándole a ChatGPT cómo arreglar errores en el codigo. Hablo de educación invaluable para esta era de inteligencia artificial (y la generación Z). Me refiero al tipo de educacion que va relacionado con aprender varios idiomas, a leer no solo tu contrato labotal sino también los letreros detrás de las puertas de los baños de los hoteles donde te hospedas. Me refiero a tener la ambicion de adquirir una visión amplia de las cosas mundanas y a entenderlas sin saturarte de información.

Para ilustrar esto, déjame contarte una historia. A finales del año pasado, conocí a un millennial que había pasado la última década de su vida especializándose en prácticas de BDSM. Hablar con él era escuchar a un experto en la materia; al conocerlo pensarías que tendría una visión muy extensa de nuestro mundo, ya que es alguien ilustrado en artes plásticas, alguien que, por su profesión, debería tener un acceso infinito a los cambios generacionales y sociales. Sin embargo, a medida que lo conocía más, me di cuenta de que su educación no había avanzado en esos 10 años. A pesar de haberse saturado de información sobre sus prácticas, su educación en otros aspectos simplemente no había evolucionado. Le faltaba empatía, lógica, habilidades emprendedoras, fluidez en resolución de conflictos y muy adaptabilidad para trabajar en equipo, elementos cruciales para cualquier proyecto personal que quieras hacer.

Si bien su vida y la mía son extremadamente diferentes, mantenemos pensamientos similares y ambiciones parecidas en algunos aspectos. En mi infinito afán de ayudar a otros, intenté ayudarlo, ofreciéndole ideas y sugerencias para tener un camino que lo pudiera guiar hacia la vida que quería. Sin embargo, me di cuenta de que no importa cuántas fórmulas secretas para el éxito le dé, o cuántos mapas secretos de Hogwarts le muestre, simplemente no avanzará hasta que cambie su mentalidad de “soy increíblemente excelente en lo que hago” a “soy bueno, pero me falta mucho por aprender”.

Me di cuenta de que muchos de nosotros, en diferentes situaciones, adoptamos esta posición. Por ejemplo, cuando vamos de viaje y colocamos la toalla usada en el colgador del baño, pero al volver a bañarnos nos damos cuenta de que no la cambiaron. Esta incomodidad pudimos haberla evitado si tan solo nos hubiéramos tomado un momento para leer el cartelito que dice que si queremos una toalla nueva, debemos dejarla en el piso; pero solemos optar por resongar uno o dos minutos quejándonos de cómo en el pasado eso era algo implícito que no se necesitaba leer ningún cartelito para que te cambiaran siempre las toallas. Son situaciones simples que pasan a menudo, pero no prestamos atención porque estamos ensimismados en nuestro mundo.

Al final del día, la educación es lo más importante. No solo la educación tradicional, sino la que la vida te ofrece. Si te tropiezas con algo todos los días al caminar por una zona, eventualmente dejarás de tropezar. Aprender a escuchar las historias de los demás con la misma atención que lees un libro también es una forma de educación. El conocimiento es poder, y mientras más información apliquemos a nuestras vidas, mejor nos irá. Tenemos que educarnos, no solo en lo que nos interesa o en lo que somos buenos, sino en esas pequeñas cosas que nos abren nuevas oportunidades. Aprender de los errores, vencer el miedo a equivocarnos, todo eso forma parte de nuestra educación.

La educación no es esa cosa fastidiosa que odiábamos hacer cuando eramos adolescentes, ni tampoco esa tortura de necesitar entender todo, es solo prestar atención a que de tu alrededor te lleva hacia lo que quieres lograr y que definitivamente necesita ser cancelado de tu vida, es buscar oportunidades donde quizá no miraste bien la primera vez, es tomar la experiencia del otro como una etapa superada de algo que felizmente lograste superar o evitar. La educación es clave para alcanzar el Nirvana que buscamos en la vida.